Consideraciones importantes y propuesta metodológica
Teniendo en cuenta las dificultades descritas, a la hora de medir el impacto de las soluciones de resiliencia frente al clima, ¿cuáles son los principales aspectos que deben valorar los inversores?
Conocer el contexto
Los inversores deben hacerse una idea exacta del impacto previsto del cambio climático y de las debilidades locales. A tal fin pueden plantearse las siguientes preguntas orientativas:
- ¿Tenemos acceso a información cualitativa pertinente sobre las debilidades y los riesgos climáticos asociados?
- ¿Cuáles son los principales motores de los cambios climáticos y no climáticos? ¿Sabemos cómo se relacionan entre sí y qué aportan a nuestra evaluación?
- ¿La solución propuesta es adecuada al contexto? ¿Podemos identificar los segmentos de la población, las regiones o los sectores que corren un riesgo especial?
Establecer con claridad la contribución de la solución a la resiliencia al cambio climático
Los inversores deben saber cómo contribuirá el producto o el servicio ofrecido por la empresa a reducir la vulnerabilidad o a reforzar la resiliencia, formulando los supuestos subyacentes necesarios para esta transformación y evaluando, entre otros aspectos, los siguientes:
- La asequibilidad de un producto o servicio propuestos, teniendo en cuenta que los efectos del cambio climático afectan de manera desproporcionada a las sociedades más pobres
- Las posibles barreras tecnológicas a la adopción de las soluciones (como infraestructuras o procedimientos obsoletos)
- La reticencia a cambiar el «statu quo» si la solución exige un cambio de comportamiento por parte del consumidor final
Asimismo imprescindible es revisar periódicamente estos supuestos, incorporando las proyecciones climáticas inciertas y los cambios socioeconómicos.
Utilizar indicadores relacionados con resultados como aproximación
Es conveniente que los indicadores elegidos para medir el impacto demuestren de forma fehaciente la contribución a la mejora de la resiliencia climática sin perder de vista su contexto, para lo cual es vital exprimir al máximo los datos disponibles, aun cuando no reflejen la situación en su totalidad.
Contexto: La mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos está elevando el riesgo de cortes de electricidad y la necesidad de contar con un suministro eléctrico de reserva en los hogares. Por ejemplo, alrededor del 83 % de los principales cortes de electricidad registrados en Estados Unidos se relacionan con fenómenos meteorológicos1. Al buscar soluciones que permitan aumentar la resiliencia doméstica a los cortes de electricidad, como energías de reserva, flexibles o renovables, el beneficio último es la menor vulnerabilidad frente a los cortes de electricidad. La eficacia de dicho beneficio es limitada, dado que es difícil de plasmar en una cifra al depender de factores difícilmente predecibles, como el número probable de fenómenos meteorológicos o el futuro comportamiento de las personas. Una opción imperfecta pero práctica sería utilizar indicadores simples relacionados con resultados —como el número de unidades vendidas o de hogares abastecidos— respaldados por un proceso de investigación minucioso que vincule dichos resultados a una mayor resiliencia climática.
Colaborar con empresas para mejorar la divulgación de información
No todas las empresas publican datos que demuestren el impacto de sus productos o servicios en la resiliencia climática. Por eso es fundamental entablar un diálogo directo con los equipos directivos, de sostenibilidad o de relaciones con el inversor de las empresas que haga hincapié en la divulgación de información relevante.
Contexto: Muchas empresas tienen la costumbre de compartir con los clientes finales información medioambiental sobre sus operaciones, productos y servicios. Comprometerse de forma activa con ellas para subrayar la importancia de los indicadores de resiliencia climática —o de las aproximaciones necesarias para calcularlos— puede servir para promover la publicación de información más detallada en el futuro.
Examinar una gran variedad de datos:
La eficacia de las soluciones dirigidas a aumentar la resiliencia frente al clima, al depender de factores medioambientales y socioeconómicos difíciles de manejar, no está garantizada si se ponen en marcha de forma aislada. De ahí la importancia de analizar también datos de muy distinta índole que, aunque por sí mismos no se relacionen con el proyecto, pueden influir en su éxito.
Contexto: Cuando estudiamos las soluciones para mejorar el rendimiento de una determinada plantación adaptando el proceso de cultivo para que sea más resistente a condiciones meteorológicas extremas, también debemos prestar atención a los factores relacionados con toda la cadena de suministro alimentaria local. Podemos utilizar estos datos para evaluar la importancia de esta solución concreta en un contexto regional más amplio.
Conclusiones
Confiamos en que, en conjunto, estas orientaciones constituyan un criterio útil para los inversores interesados en medir el impacto de sus inversiones en resiliencia climática. Dados los desafíos metodológicos y los complejos objetivos que esto plantea, en nuestra opinión cualquier estrategia debe ser suficientemente flexible como para basarse en series de datos a menudo imperfectas y limitadas.
Asimismo, defendemos la idea de que la dificultad de medir su impacto no debería limitar la inversión en este ámbito. En la cumbre del clima COP27 de 2022, el secretario general de Naciones Unidas hizo un llamamiento urgente a la acción, poniendo de manifiesto la escasa financiación con que cuenta la mejora de la resiliencia climática frente a una necesidad anual estimada de 340 000 millones de dólares solo en los países en desarrollo. En el marco de un ecosistema global que incluye a responsables políticos, empresas y personas, la inversión de impacto puede generar rentabilidades atractivas a la vez que cumple una importante función a la hora de suplir ese déficit de financiación.