P.: ¿Cuáles son actualmente las principales temáticas de impacto en los mercados emergentes?
Sam: Hay varias. Existe una gran necesidad de inversión en la transición energética. Si los países en Latinoamérica, por ejemplo, desean cumplir los objetivos de descarbonización, como las cero emisiones netas, tendrán que duplicar la financiación de energías limpias y renovables para el año 2030, y quintuplicarla para el año 2050. No es sorprendente que la transición verde se haya convertido en una prioridad absoluta para los líderes políticos, lo que genera oportunidades de inversión poco apreciadas e ineficiencias con un riesgo mal valorado.
Hemos encontrado empresas con un papel clave en la reforma energética. Por ejemplo, Chile se ha comprometido a reducir las emisiones de carbono en un 82% para el final de la década y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050. El Gobierno ha respaldado esos objetivos con políticas bien definidas. Los servicios públicos chilenos están obligados a suministrar electricidad de fuentes renovables, y las empresas mineras estatales, que son con diferencia los clientes más importantes de estos servicios, también deben recurrir a energías renovables. De este modo, Chile está orientando las operaciones de exploración y producción, procesamiento y comercialización de su sector energético hacia las energías limpias, lo que está creando oportunidades de inversión.
Otra temática de impacto en la que invertir es el agua limpia. En Brasil, el 85% de la población tiene acceso al agua potable y el objetivo del Gobierno es alcanzar el 100 %. El establecimiento de un sistema de saneamiento y depuración de aguas residuales representa un desafío aún mayor, y también están trabajando en ello. Encontramos una compañía en una posición clave para ayudar a resolver estos problemas. Esta empresa ha pasado de suministrar agua potable a dos millones de personas hace una década, cuando comenzamos a invertir en ella, a dar servicio a 30 millones de clientes en la actualidad. Sus flujos de caja se basan en contratos públicos, lo que permite conocer tanto la cuantía como la solidez de dichos flujos.
Este es otro ejemplo de cómo el entorno regulatorio sirve de trampolín para determinadas empresas.
Suman: También añadiría la conectividad. En la región del África subsahariana, donde la penetración de la conexión móvil sigue siendo muy baja, hemos identificado varias compañías de telecomunicaciones que están contribuyendo a reducir la brecha digital. Gracias a sus redes, torres y productos de consumo, millones de personas pueden acceder a servicios financieros, educación, atención sanitaria y otras necesidades básicas para la estabilidad económica y el progreso. De nuevo, los mercados objetivo son muy, muy amplios.