Biodiversidad
En relación con nuestro trabajo sobre el clima, estamos ampliando la investigación y las prácticas de diálogo activo en materia de biodiversidad, en concreto sobre las causas, los efectos y las posibles soluciones para mitigar su pérdida y preservar el capital natural. Aunque hasta la fecha las actividades humanas han sido las que más han afectado a la biodiversidad, es probable que el factor del cambio climático cobre cada vez mayor relevancia. El empeoramiento de las condiciones climáticas podría comprometer el capital natural mundial, lo que generaría riesgos potencialmente significativos e impredecibles en la cadena de valor de muchos sectores.
En colaboración con el Centro de Investigación Climática Woodwell y el programa conjunto del MIT, nuestro equipo de análisis de inversión sostenible se ha propuesto investigar en el campo de la biodiversidad, en concreto sobre los posibles efectos de su gestión en los mercados de capitales. Nuestro grupo de trabajo sobre biodiversidad está elaborando una agenda de investigación y diálogo activo que da prioridad a las mediciones en áreas concretas, de modo que las empresas dispongan de una herramienta más tangible con la que implicarse en esta materia.
Aunque los datos transversales siguen siendo escasos, hoy contamos con indicadores relativos al cambio de uso del suelo, principalmente la deforestación para la tala de árboles o la agricultura. De momento, podemos hablar con las empresas para abordar su impacto en la biodiversidad y sus riesgos en este contexto. A medida que dispongamos de más datos, esperamos comprender mejor cómo las empresas evalúan los efectos de su actividad sobre la biodiversidad, qué medidas adoptan para mitigarlos y mejorar sus resultados y cómo pueden afectar sus acciones —o la falta de ellas— a su valor en el futuro.
La biodiversidad se integra de lleno en nuestra estrategia general de compromiso con los criterios ASG. Históricamente, la pérdida de biodiversidad se ha tratado como una externalidad de la que se beneficiaban los fabricantes y los consumidores de productos procedentes de la naturaleza y cuyos costes asumía el resto de la sociedad. Es posible que a largo plazo esto ya no sea así. En muchos sectores, como bienes de consumo, suministros públicos y construcción, el valor añadido bruto directo depende en gran medida de la naturaleza. En muchos otros, hay empresas que mantienen «vínculos ocultos» con los ecosistemas a lo largo de sus cadenas de suministro. Esperamos trabajar conjuntamente con las empresas en su exposición al riesgo de la biodiversidad, en concreto a los riesgos físicos asociados al deterioro de los servicios ambientales y a los relacionados con la transición de las actividades empresariales que puedan afectar negativamente a dichos servicios.