A 14 de marzo de 2023
En cuestión de días, el efecto acumulativo del endurecimiento de la política de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha golpeado duramente al sector bancario estadounidense, empezando por el colapso del Silicon Valley Bank (SVB) el 10 de marzo.
Desde entonces, los depositantes de varios bancos, presas del pánico, se han apresurado a salir, desencadenando una crisis de liquidez y dejando las posiciones de capital de algunos bancos en situación precaria. La Reserva Federal y el Tesoro de EE.UU. han tomado medidas rápidas para ayudar a estabilizar el sistema bancario proporcionando liquidez y asegurando a los depositantes afectados que serán "resarcidos". El pasado fin de semana, dieron a conocer una serie de nuevas facilidades diseñadas para aliviar la "crisis de liquidez" y evitar nuevas avalanchas bancarias.
Sin embargo, la creciente inquietud de los inversores recorre los mercados financieros: los activos refugio se han beneficiado, las expectativas de subida de tipos de la Fed prácticamente se han extinguido, los rendimientos de la deuda pública son más bajos y los diferenciales de crédito más amplios, y el dólar estadounidense (USD) ha subido. Mientras tanto, la renta variable global ha bajado, siendo los valores de pequeña capitalización los más rezagados hasta el momento.
La situación está evolucionando rápidamente mientras hablamos, al igual que las posibles implicaciones económicas y de mercado. En Wellington, no siempre estamos de acuerdo, pero debatimos enérgicamente los problemas y las ramificaciones. He aquí algunos puntos clave de nuestros últimos debates internos, destacados por el tema común de que ahora existe una mayor probabilidad de que se produzca una recesión en EE.UU. a corto plazo. Muchos de nosotros también pensamos que los inversores deberían considerar la posibilidad de pasar a un "modo de gestión del riesgo" que favorezca los activos de mayor calidad.