Cambio climático y biodiversidad
A tenor de las investigaciones, a medida que se acumulen las emisiones de carbono, un número cada vez mayor de especies se verá expuesto a condiciones climáticas potencialmente peligrosas y que pueden amenazar su viabilidad a largo plazo. Nuestro equipo cree que la investigación en materia de biodiversidad es el siguiente paso lógico para conocer y abordar los riesgos vinculados al clima. Muchos recursos naturales, en concreto el suelo, el permafrost y los bosques, son grandes sumideros de carbono. Disponer de ecosistemas superficiales y subterráneos en buenas condiciones, como arrecifes de coral, manglares y un largo etcétera, puede contribuir a mitigar el impacto de un clima en continuo cambio.
Ningún indicador puede medir el alcance de la pérdida de biodiversidad, pero los científicos detectan cada vez más pruebas de que se está acelerando el proceso. Según el Informe Planeta Vivo 2022 del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la población global de vida silvestre se ha desplomado de media un 69 % desde 19703, mientras que un informe de IPBES de 2019 concluye que un millón de especies se enfrentan a la extinción, lo que, para muchas, podría producirse en unas décadas4.
Coste económico de la pérdida de biodiversidad
Unos ecosistemas en buenas condiciones resultan vitales para la viabilidad a largo plazo de la economía y la sociedad. A nuestro juicio, el capital natural ya no puede considerarse un factor de producción sin coste en los procesos de la empresa, sino un activo a preservar y del que se debe rendir cuentas. Con todo, no es fácil captar en toda su magnitud el impacto de la pérdida de biodiversidad. Actualmente, los datos son poco fiables y contradictorios, tanto las empresas como los Gobiernos sacan partido de la biodiversidad y contribuyen a su pérdida, mientras que las cadenas de suministro de la producción industrial mantienen vínculos ocultos y causan un considerable impacto en ella.
Las estimaciones del Foro Económico Mundial dan una idea de lo que hay en juego. Respecto a la generación de valor económico, calculan que alrededor de 44 billones de dólares —más de la mitad del PIB mundial— dependen moderadamente o mucho de la naturaleza, y que los tres sectores considerados más dependientes (construcción, agricultura y alimentación y bebidas) generan cerca de 8 billones de dólares de valor añadido bruto, aproximadamente el doble del tamaño de la economía alemana5.
Los perjuicios económicos derivados de la pérdida de biodiversidad ya son considerables. En su evaluación de 2019, la platatorma IPBES detectó que la productividad se había reducido un 23 % en la superficie terrestre y que hasta 577.000 millones de la producción agrícola mundial anual estaba en riesgo por la pérdida de polinizadores. El documento también presenta un panorama desolador en cuanto a la pérdida de biodiversidad marina, pues las diferentes formas de contaminación han producido más de 400 «zonas muertas» oceánicas, las cuales ocupan más de 245.000 km2, un área mayor que la del Reino Unido.