¿De qué manera podría la IA transformar el entorno macro?
La IA generativa es una tecnología capaz de ofrecer un rendimiento similar al humano, fácil de usar gracias al lenguaje natural y con un amplio abanico de posibles aplicaciones.
La automatización basada en la IA, si se lleva a cabo de forma correcta, podría potenciar la productividad al mejorar la eficiencia y liberar recursos para tareas más productivas. Un avance así sería bienvenido en un mundo en el que el temor al estancamiento secular, en el que el crecimiento tendencial y el R* (el tipo de interés real cuando las economías funcionan a plena capacidad) son tan bajos que los tipos de interés no disponen de suficiente margen para estimular la inversión, ha sido una de las tesis más recurrentes en el mercado durante la última década.
¿Cuál podría ser el impacto a escala macro?
La ausencia de datos hace que sea muy complicado predecir el posible impacto a escala macro de la IA. Varios estudios académicos (gráfico 1) han intentado llevar a cabo esta estimación basándose en un análisis ascendente («bottom-up») del potencial de la automatización por sectores y en el ritmo de adopción de anteriores avances tecnológicos. Como es lógico, las proyecciones sobre el posible aumento de la productividad son muy variadas y dependen de las suposiciones que se hagan en torno al nivel de automatización de las tareas, el consiguiente despido estructural de los trabajadores y el ritmo de adopción.
A modo de resumen, estos estudios estiman que el crecimiento de la productividad podría aumentar entre un 0,5 y un 7 %, lo que obviamente tendría efectos muy diferentes. Si consideramos la media de los siete estudios, el incremento estimado de la productividad se elevaría al 2,5 %, mientras que el crecimiento tendencial potencial — calculado a partir de la participación de la mano de obra en la producción — podría aumentar entre el 0,1 y el 2 %, con un promedio del 1 %. Son unas cifras muy altas.