La exposición internacional pierde atractivo
El aumento de las tensiones geopolíticas, las guerras comerciales y la deslocalización son los mayores desafíos a los que se enfrenta la globalización. A medida que crecen las tensiones geopolíticas y las restricciones comerciales, es posible que la participación del comercio internacional en la economía mundial comience a disminuir. Europa, cuyas economías están entre las más abiertas del mundo, ha sido una de las grandes beneficiarias de la globalización. La expansión internacional y la optimización de las cadenas de suministro fueron las principales palancas de la rentabilidad de las multinacionales europeas, en especial tras la crisis financiera global (CFG), cuando la demanda interna estaba inusualmente deprimida.
Sin embargo, Europa parece ahora especialmente vulnerable. Por ejemplo, el actual estancamiento económico de Alemania puede atribuirse en gran parte a una política de una década centrada en favorecer las exportaciones sobre la demanda interna. A medida que las empresas europeas se adaptan a este nuevo entorno más fragmentado, la orientación internacional podría convertirse en una desventaja.
Implicaciones para la inversión. En términos generales, espero que los sectores con un enfoque interno y las compañías de baja capitalización tengan un mejor desempeño que los grandes exportadores. Asimismo, es probable que los mercados periféricos sigan superando a los de las economías centrales. Un segundo mandato de Trump podría acelerar esta tendencia.
Inflación y tipos intrínsecamente más altos
Durante la década posterior a la crisis financiera, los bancos centrales pudieron mantener políticas monetarias excepcionalmente laxas para alcanzar ciertos niveles de crecimiento, dado que la inflación era prácticamente inexistente. Los activos de riesgo, como la renta variable, se beneficiaron enormemente de este estímulo prolongado, especialmente en Estados Unidos.
Sin embargo, considero que esto está cambiando. Es probable que tendencias como el freno de la globalización, la mayor intervención política, la contínua expansión fiscal y el envejecimiento de la población mundial generen niveles de inflación estructuralmente más altos en comparación con el periodo posterior a la CFG. Paralelamente, Europa podría experimentar el impacto deflacionista de la inteligencia artificial (IA) más tarde que Estados Unidos, ya que la regulación podría ralentizar la adopción de la IA en la región.
Aunque los bancos centrales europeos han comenzado recientemente a recortar los tipos para apoyar un crecimiento debilitado, el cambio estructural en la inflación implica que cualquier decisión futura deberá considerar el deterioro del equilibrio entre crecimiento e inflación en Europa. China exportando su exceso de capacidad podría compensar parcialmente la deflación, pero, en conjunto, considero que la inflación y los tipos se mantendrán estructuralmente más altos.
Implicaciones para la inversión. El retorno estructural a tipos de interés positivos debería beneficiar a la renta variable europea frente a otras regiones, aunque algunos sectores se verán más favorecidos que otros:
- Las acciones Value tienden a ser menos sensibles a las subidas de tipos que las acciones Growth, ya que gran parte de sus flujos de caja se generan a corto plazo. Dado que la diferencia de valoración entre ambos segmentos sigue siendo extrema, veo un gran potencial en las empresas Value con modelos de negocio sostenibles y niveles de apalancamiento razonables. Los mercados europeos de renta variable están sobreponderados en valores Value.
- Las empresas establecidas también podrían beneficiarse, ya que el aumento de los costes de financiación podría limitar el avance de los disruptores. Europa cuenta con pocos actores innovadores, pero con muchas empresas afectadas por ellos. Los tipos más bajos han permitido a los innovadores acceder a financiación barata y operar durante más tiempo sin necesidad de ser rentables. Sin embargo, el incremento en los costes de financiación podría hacer inviables muchos de sus modelos de negocio.
- Los bancos fueron los grandes perjudicados de los tipos negativos, que comprimieron sus márgenes netos de intereses. No obstante, el panorama está cambiando. La valoración de los bancos europeos aún no refleja la mejora en la rentabilidad del sector, resultado de una menor dependencia del apalancamiento y de ratios de capital extremadamente sólidos.