Un panorama más prometedor para los activos de deuda emergente
Los diferenciales de crédito de los mercados emergentes, tanto en la deuda soberana como en la corporativa, se han ampliado junto con otros activos de renta fija y, tras varios meses de rentabilidad por debajo del índice de referencia tras la invasión rusa de Ucrania, han alcanzado niveles que parecen apuntar a que las valoraciones actuales compensan con creces el impacto negativo. Estas valoraciones más bajas podrían ofrecer oportunidades si se realiza un análisis profundo país por país y una selección de títulos de valor relativo que permitan obtener el correspondiente beneficio. Por ejemplo, los fundamentales de muchos emisores corporativos en los mercados emergentes parecen especialmente sólidos en aquellos sectores relacionados con el petróleo y el gas, las telecomunicaciones, los servicios públicos y las infraestructuras.
La mayoría de los bancos centrales de los mercados emergentes van muy por delante de sus homólogos en los países desarrollados, ya que han subido los tipos de interés de forma significativa hasta la fecha de redacción de este informe, lo que ha contribuido a elevar el rendimiento de sus mercados locales hasta niveles atractivos. El ciclo de subida de tipos se ha prolongado de forma imprevista por el impacto inflacionista del conflicto entre Rusia y Ucrania. La diferenciación entre países sigue siendo importante, ya que se han producido distintas respuestas en materia de política monetaria y algunos mercados emergentes están cerca del final de sus ciclos de subida (por ejemplo, en América Latina). Conforme la actividad económica mundial empiece a normalizarse, las medidas de estímulo fiscal se desvanezcan y los bancos centrales reduzcan la liquidez, las presiones inflacionistas deberían empezar a ceder. De este modo, los responsables políticos de los mercados emergentes dispondrían de un mayor margen de maniobra para estabilizar los tipos de interés antes de pasar a un ciclo de flexibilización total, sobre todo si tenemos en cuenta la escasa actividad económica que presentan muchas de las economías de estos mercados.
En cuanto a las divisas de los mercados emergentes, hemos observado varios vientos cruzados, como la tendencia alcista del dólar estadounidense (USD) y la volatilidad de los tipos de interés debido a la huida de muchos inversores hacia una «zona segura». A largo plazo, prevemos que las medidas proactivas de muchos bancos centrales de los mercados emergentes y el mayor déficit comercial exterior de EE.UU. (la balanza comercial de los mercados emergentes ha pasado rápidamente a ser deficitaria en los últimos 12 meses) ayudarán a reforzar las divisas de los ME.
Por último, los datos técnicos de los mercados locales de los países emergentes muestran que, en general, los inversores extranjeros tienen poco interés en ellos, lo que apunta a una menor demanda ante una oferta más débil. En cuanto al crédito de los mercados emergentes, las nuevas emisiones han estado muy por debajo de las medias históricas y se espera que sigan siendo escasas. Si bien es un factor favorable, esta menor oferta también disminuye la liquidez, lo que provoca un aumento de los diferenciales entre el precio de compra y el precio de venta. Los flujos de salida de los inversores se aceleraron durante el tercer trimestre, aunque últimamente han mostrado signos de ralentización. Los fondos denominados en divisas fuertes han experimentado un mayor número de salidas y un menor nivel de interés cruzado, mientras que las salidas de los fondos en divisas locales han estado dominadas por las asignaciones regionales.