Las repercusiones geopolíticas
El enfrentamiento militar sigue constituyendo una crisis geopolítica de primer orden y ya ha alterado considerablemente el entorno de seguridad internacional.
En primer lugar, el conflicto ha reforzado la alianza transatlántica en los ámbitos económico, político y, sobre todo, militar. Con el anterior Gobierno estadounidense no se alcanzó tal grado de unidad política, pero ahora podría mantenerse más allá del conflicto en Ucrania, como también la idea de que la política transatlántica se ocupe más de la seguridad nacional. La historia ya nos ha demostrado numerosas veces que la hostilidad y la tragedia a esta escala son reveladoras para los responsables políticos.
En segundo lugar, el comienzo del conflicto llevó a la OTAN a invitar a Finlandia y Suecia a formar parte de la alianza, lo cual puede entenderse como que la guerra en Ucrania ha generado un nuevo entorno de seguridad en toda Europa, y esta respuesta institucionalizada probablemente limite a la larga las opciones militares de Moscú en el continente.
El conflicto en Ucrania también ha elevado notablemente el gasto en defensa en el conjunto de Europa en un momento en el que ejércitos de todo el mundo están modernizando sus fuerzas y evaluando las nuevas tecnologías desplegadas en los campos de batalla ucranianos. Si bien es probable que la unidad política de la UE siga representando un desafío, dadas las diferencias en las prioridades nacionales, intuyo que en el terreno militar tanto el incremento del gasto como la evolución de la doctrina imperante son estructurales y sobrevivirán al conflicto.
En último lugar, pero no por ello menos importante, la situación en Ucrania podría afectar a las complejas relaciones que China mantiene con Estados Unidos y los Gobiernos europeos.
Creo que la prolongación de la guerra en Ucrania podría exacerbar la competencia entre algunas de las mayores potencias del mundo, como Estados Unidos, China y Rusia —aunque podría extenderse a otras—, especialmente si Moscú sigue lanzando ataques contra la población civil y las infraestructuras ucranianas, además de sobre objetivos militares.
Asimismo, es probable que refuerce el relato político de Washington, el cual divide el mundo entre «democracias y autocracias». La inestabilidad geopolítica mundial resultante podría espolear aún más el proceso de desglobalización que ha arraigado en sectores estratégicos situados a la vanguardia de la rivalidad entre las grandes potencias, entre otros los semiconductores, la biotecnología, los minerales esenciales, la inteligencia artificial o la tecnología cuántica.
Implicaciones para la macroeconomía y el mercado
Para concluir, es probable que la crisis de Ucrania entrañe varias consecuencias para la macroeconomía y las inversiones a largo plazo que, bajo mi punto de vista, trascenderán las acciones militares.