Exigir la máxima calidad a los emisores
Nuestra filosofía de inversión se basa en la convicción de que el mercado de high yield es muy ineficiente a la hora de valorar el riesgo de impago.
Para aprovechar el potencial de estos errores de valoración y minimizar el riesgo de impago, es necesario realizar un exhaustivo análisis «bottom-up» del crédito que nos permita identificar las empresas de mayor calidad según sus fundamentales económicos subyacentes. Del mismo modo, como ya hemos señalado, también significa evitar empresas con riesgo de destrucción permanente de capital, así como sectores y regiones donde, en caso de no lograr un aterrizaje económico suave y debamos enfrentarnos a una recesión, sea probable que se concentren los impagos.
Nuestro método para descubrir emisores de alta calidad da prioridad a la búsqueda de empresas con ventajas competitivas, también conocidas como «moats». Por ejemplo, aunque somos prudentes con las empresas con una alta exposición a la temática de la IA en el sector tecnológico, identificamos diversas oportunidades entre los proveedores de servicios de pago y software que cuentan con sólidas ventajas competitivas, como el elevado coste asociado al cambio de proveedor. En el sector de la automoción, somos cautos respecto a los fabricantes de automóviles en mercados que han experimentado una notable expansión de la competencia y la entrada de nuevos actores. Sin embargo, mantenemos un optimismo moderado sobre el potencial de rendimiento de los proveedores de automóviles, que suelen beneficiarse de importantes barreras de entrada. Muchas de estas compañías están estrechamente interconectadas con los fabricantes de equipos originales (OEM), por lo que cambiar de proveedor implica enfrentarse a obstáculos financieros, técnicos y normativos, especialmente durante el ciclo de producción de un automóvil, que puede extenderse más de 10 años.
Una visión a largo plazo
En lo que respecta a los emisores, procuramos adoptar una visión a largo plazo, con un plazo medio de inversión de aproximadamente tres años. Además, mantener en cartera emisores de alta convicción durante un largo periodo evita que los elevados costes de transacción lastren la rentabilidad potencial de los inversores.
Conclusión
Nos enfrentamos a un entorno de mercado que evoluciona rápidamente. Mientras el ciclo de impago no se materialice — que es nuestra hipótesis de base— creemos que el high yield puede resultar muy atractivo para los inversores a largo plazo. Estos deben utilizar su alcance y conocimientos para realizar el análisis fundamental «bottom-up» necesario, y contar con la experiencia para establecer un marco riguroso por sectores y países que evite los emisores y sectores con mayor riesgo de impago.