Construir un marco de análisis
Somos conscientes de que los bonos con etiqueta son útiles como una herramienta para generar impacto dentro del mercado de deuda pública. Hemos desarrollado un marco de análisis para los bonos etiquetados con el fin de asegurar que nos ceñimos a nuestro compromiso de invertir en renta fija de impacto respetando al máximo nuestros principios y de luchar contra el greenwashing. A continuación, enumeramos nuestras mejores prácticas.
Bonos UoP
1. Umbral de uso de los fondos: puesto que en el mercado de los bonos con etiqueta no hay normas estándar, el porcentaje de los fondos que se destina a causas sociales o medioambientales depende del emisor. Para maximizar el efecto de nuestras inversiones, damos prioridad a los bonos cuyo emisor utilice el 90 % de los ingresos para financiar proyectos aptos.
2. Periodo retrospectivo: algunos bonos UoP se emiten para refinanciar un proyecto existente o antiguo. Aunque admitimos algo de exposición para apoyar proyectos de refinanciación o a largo plazo, por lo general fijamos un periodo retrospectivo de 2 años como máximo. Así, nuestro capital se destina con más frecuencia a proyectos nuevos.
3. Sostenibilidad operativa: excluimos determinados sectores de nuestro universo de inversión, ya que creemos que, por su propia naturaleza, no coinciden con nuestros objetivos de impacto. Por tanto, no invertiremos en bonos UoP de emisores en estos sectores. Si el modelo de negocio de un emisor no cumple los requisitos para ser considerado «de impacto», pero sus títulos sí, consideraremos la sostenibilidad de sus operaciones o de sus prácticas de negocio durante nuestro proceso de inversión.
4. Valoración: después de que determinemos si un bono es admisible en nuestro universo de inversión, llevamos a cabo un análisis fundamental para garantizar que se ajuste a los objetivos de riesgo y rentabilidad de nuestras carteras.
Bonos ligados a la sostenibilidad
Los SLB no solo tienen una estructura más flexible, sino que se enmarcan en un vacío normativo, creando opotunidades para hacer greenwashing. Examinamos con detenimiento la estructura de un SLB para asegurarnos de que se trata de un valor coherente con nuestra estrategia basada en el respeto máximo a nuestros principios:
1. Objetivos de rendimiento sostenible: damos prioridad a los emisores con SPT ambiciosos y que incurren en serias penalizaciones financieras si incumplen sus objetivos futuros (p. ej., subiendo el cupón). Evitamos a los emisores que se fijan objetivos que cumplirían simplemente a través de sus actividades empresariales ordinarias, o que se fijan penalizaciones mínimas (p. ej., subir poco el cupón o bien entrado su ciclo de pago).
2. KPI consistentes: preferimos a los emisores que utilizan KPI consistentes para supervisar su progreso en relación con un SPT. Creemos que los emisores deberían informar de los niveles históricos de los KPI, usar tipos de base coherentes y rendir cuentas a través del diálogo activo, incluso enfrentándose a la desinversión si cambian la referencia de sus KPI.
3. Sostenibilidad operativa: al igual que ocurre con los bonos UoP, no invertimos en SLB de emisores en sectores que no estén alineados con nuestros objetivos de impacto.
4. Valoración: como en el caso de los bonos UoP, es crucial evaluar las características financieras para determinar la sostenibilidad con arreglo a los objetivos de riesgo y rentabilidad de una cartera.