Parece que el año 2023 finalizará tal y como empezó en muchos aspectos: los inversores siguen preguntándose cómo evolucionará la inflación (¿se frenará lo suficiente?), los tipos de interés (¿permanecerán elevados durante más tiempo?) y el crecimiento económico (¿habrá una desaceleración o recesión?). Como si la historia se repitiera de nuevo, todo apunta a que la incertidumbre macroeconómica y de mercado volverá a ser la tónica dominante. En este contexto, quizá sea el momento oportuno para que los gestores de activos reconsideren las inversiones alternativas y la función que podrían desempeñar en sus carteras.
Búsqueda de rentabilidades más atractivas. Las empresas encaran diversos retos en el entorno actual, desde un mayor coste del capital hasta un ciclo macroeconómico inestable. Sin embargo, esta situación también puede generar una mayor diferenciación entre empresas, lo que se traduciría en un reparto más evidente de ganadores y perdedores. Esta circunstancia, a su vez, permitiría incrementar las posibilidades de añadir valor a través de la discriminación de valores, por ejemplo, mediante el uso de estrategias long/short (con posiciones largas y cortas).
Europa ofrece un terreno fértil para este tipo de estrategias. Es probable que las cambiantes condiciones de la región, como el aumento de la inflación estructural y de los tipos de interés, provoquen una mayor dispersión de la rentabilidad en comparación con los últimos años, lo que podría brindar oportunidades más atractivas a los inversores long/short con un enfoque fundamental.
Consideremos también el sector de los servicios financieros. Durante el periodo de liquidez sin precedentes que siguió a la crisis financiera mundial, la diferenciación entre buenos y malos modelos de negocio no solía tener recompensa. Pero esta situación parece haber cambiado y, en su opinión, el nuevo contexto de mayores tipos de interés y menor liquidez permite que «las buenas empresas vuelvan a destacar».
Diversificación y mitigación del riesgo bajista. La incertidumbre económica estuvo muy presente a lo largo de 2023, al no materializarse la recesión que tantos pronosticaban. Para quienes creen que 2024 podría seguir la misma senda, recomendamos explorar estrategias que ofrezcan diversificación y mitigación del riesgo de pérdidas. Otro factor a favor de la diversificación es la divergencia entre las políticas económicas de las distintas regiones (por ejemplo, EE. UU. está retrasado en su ciclo restrictivo, mientras que Japón mantiene los tipos de interés reales en niveles muy negativos). Esta divergencia básica se traduce en diferenciales de valoración y rentabilidad relativa más sostenidos. Por último, cabe recordar que, en 2022, tanto la renta variable como la renta fija sufrieron reveses, lo que supuso la alteración de una relación clave para la mitigación del riesgo en las carteras. Es posible que esta correlación positiva entre los dos mercados vuelva a repetirse en el futuro, lo que obligaría a aumentar la diversificación y mitigar el riesgo de pérdidas.
Entonces, ¿qué oportunidades de diversificación ofrecen las carteras de inversión alternativa? En nuestra opinión, el entorno actual ha generado las condiciones para que las estrategias macro aporten valor añadido, por ejemplo, aprovechando las divergencias regionales. Las estrategias macro también permiten mitigar las caídas en periodos de volatilidad.
Asimismo, los inversores deberían considerar los fondos multiestrategia por su capacidad para generar una rentabilidad diversificada. Con un único gestor al frente, este tipo de fondo permite concentrar un conjunto diversificado de fuentes de alfa y evitar correlaciones imprevistas o no deseadas entre las distintas estrategias o gestores subyacentes.
Ampliación del número de herramientas en mercados eficientes. La estructura del mercado constituye actualmente una de las principales preocupaciones, en particular para los inversores en renta variable estadounidense o global, ya que han de lidiar con la estrechez de los mercados y unos índices dominados por un reducido grupo de valores de gran capitalización. Si bien esta circunstancia supone un escollo para los gestores activos, los inversores pasivos también deben hacer frente a índices con una diversificación por títulos y sectores inferior a la histórica. En este caso, pensamos que las Estrategias de ampliación activas podrían ser útiles.
Este tipo de estrategias 130/30 o 140/40, como se las suele denominar, persiguen una rentabilidad superior a la de un índice de referencia al tiempo que mantienen un nivel moderado de riesgo de seguimiento, en línea con un perfil de renta variable básica. La principal diferencia es que las estrategias de ampliación poseen la flexibilidad para vender acciones al descubierto, lo que significa que los gestores de cartera pueden sobreponderar las acciones que más les convenzan sin tener que infraponderar (por término medio) los principales valores del índice para obtener capital. Si las comparamos con otras estrategias activas de renta variable, son menos propensas a registrar una rentabilidad inferior cuando los valores de gran capitalización lideran alzas del mercado. Asimismo, los gestores que traten de mejorar la rentabilidad en mercados eficientes (por ejemplo, valores de gran capitalización) pueden recurrir a las posiciones cortas, ya que es más fácil detectar oportunidades de «alfa en corto» que encontrar ideas diferenciadas de posiciones largas.
Un último apunte sobre la inversión alternativa en 2024
Evidentemente, nada de lo que hemos expuesto implica que no haya estrategias alternativas que tengan que afrontar sus propios retos en el actual entorno de incertidumbre. No obstante, estamos convencidos de que las inversiones alternativas pueden desempeñar diversas funciones en las carteras el año que viene. Nuestro último análisis sobre el papel de los hedge funds le ayudará a tomar sus propias decisiones en materia de activos alternativos. En 2024, nuestros compañeros de iStrat expondrán sus puntos de vista sobre las diferentes categorías de hedge funds, entre las que se incluyen las estrategias centradas en acontecimientos, de renta variable cubierta, de valor relativo y macroeconómicas, y su relación con las distintas funciones de las carteras.
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- Riesgo asociado a la inversión alternativa
- Riesgo de capital
- Riesgo de instrumentos derivados
- Riesgo de gestión
- Venta al descubierto